miércoles, 2 de abril de 2025

CAPITÁN ALATRISTE

Capitán Alatriste


Capitán Alatriste. Tebeosfera. 


En esta entrada, dedicada a la fascinante heráldica ficticia o imaginaria, exploraremos al icónico personaje de Diego Alatriste y Tenorio, conocido popularmente como «Capitán Alatriste». Este célebre espadachín es una creación literaria del renombrado novelista y exreportero español Arturo Pérez-Reverte, quien lo convirtió en el protagonista de su aclamada serie de novelas Las aventuras del capitán Alatriste. Estas obras están supuestamente basadas en las memorias de otro personaje ficticio, Íñigo Balboa, narrador de los eventos y pupilo del capitán.

Las novelas de Pérez-Reverte han trascendido el papel para llegar a la gran pantalla y la televisión, con adaptaciones memorables. En la película estrenada en 2006, Viggo Mortensen encarnó con maestría al Capitán Alatriste. Asimismo, la historia fue adaptada a la televisión en una serie protagonizada por Aitor Luna, quienes ofrecieron nuevas interpretaciones del personaje y de las historias en torno a su figura.

De acuerdo con los datos ficticios presentados en las memorias, Diego Alatriste y Tenorio habría nacido en la actual provincia de León en 1582, y encontró su destino final en la histórica batalla de Rocroi el 16 de mayo de 1643. Su vida estuvo marcada por su participación como soldado de los Tercios Viejos, su habilidad como espadachín a sueldo y su papel como mentor de Íñigo Balboa.

Desde muy joven, Alatriste mostró valentía y decisión. A la edad de 13 años, mintió sobre su edad para alistarse como paje-tambor en el Tercio Viejo de Cartagena, embarcándose rumbo a Flandes. Allí conoció a figuras clave, como el futuro capitán Alonso de Contreras, y participó en importantes enfrentamientos, como el asalto a Calais en 1596. Su valor en combate le permitió destacarse rápidamente, convirtiéndose en soldado antes de cumplir los quince años. A partir de entonces, su vida estuvo marcada por batallas, duelos, desafíos y motines, enfrentándose a la dureza de las guerras en Flandes y Francia.

En 1618, Diego Alatriste volvió a alistarse en el ejército bajo las órdenes de Spínola, quien reclutaba tropas para el Tercio Viejo de Cartagena. Su valía le permitió ser recomendado para obtener el rango de sargento. Sin embargo, durante esta campaña, su amigo Lope Balboa murió en combate. Antes de fallecer, Balboa le confió a Alatriste la crianza de su hijo Íñigo, marcando así un vínculo inquebrantable entre ambos.

Tras años de servicio, en 1623 Alatriste fue licenciado del ejército. Aunque se le concedió un beneficio anual de cuatro escudos, nunca llegó a recibirlo. Regresó a España y se estableció en Madrid de forma definitiva, donde recibió a Íñigo Balboa como paje y comenzó una nueva etapa de intrigas y desafíos. Uno de los encargos más oscuros de esta época lo unió al sicario siciliano Gualterio Malatesta en una misión para asesinar a dos viajeros extranjeros. Sin imaginar que las víctimas eran el príncipe de Gales, futuro Carlos I de Inglaterra, y el duque de Buckingham, George Villiers, ambos aceptaron la misión propuesta por fray Emilio Bocanegra y Luis de Alquézar. Sin embargo, en el último momento, Alatriste decidió evitar el asesinato, generando la enemistad de Malatesta, Alquézar y Bocanegra, quienes se convirtieron en sus rivales más peligrosos.

Este conflicto también influyó en la vida amorosa de Íñigo Balboa, ya que Bocanegra era tío de Angélica, la joven noble de la que Íñigo estaba profundamente enamorado. En un intento desesperado por huir juntos a Nápoles, Angélica cambió de opinión y rechazó la propuesta, pues ofreció a Íñigo un puesto de alférez en la guardia real, que este también declinó, demostrando lealtad a sus ideales.

La trayectoria de Diego Alatriste es tanto un homenaje a los soldados de los Tercios como un reflejo de los valores del Siglo de Oro español: el honor, la lealtad y el desdén por la vida tranquila. A través de su figura, Arturo Pérez-Reverte no solo crea una ficción histórica apasionante, sino que también da vida a un personaje que captura la esencia de una época tumultuosa y fascinante.


Viggo Mortensen. Capitán  Alatriste. Pinterest.


Escudo de armas


Siguiendo la línea de la heráldica ficticia, he diseñado un escudo de armas para el Capitán Alatriste. En este se incluyen dos espadas de cazoleta, evocando el arma característica que pudo haber utilizado, y cuatro bezantes que simbolizan los escudos de monedas que, según su historia, nunca llegó a recibir.

Su descripción seria de la siguiente manera:

De gules, dos espadas bajas puestas en aspa de oro, acompañadas de cuatro bezantes de plata, uno en cada hueco.







jueves, 27 de marzo de 2025

LINAJE BETHENCOURT EN CANARIAS

Linaje Bethencourt en Canarias


Juan de Bethencourt. Banco Historias Locales.


Entre las familias más antiguas y distinguidas de las Islas Canarias, cuyo origen histórico y noble está profundamente arraigado, destaca sin lugar a dudas la ilustre familia Bethencourt. Originarios de Francia, este apellido se conocía en su país natal desde ocho siglos antes de que sus miembros marcaran la historia de Canarias.

Juan de Bethencourt, célebre Barón normando, fue una figura clave en la historia del Archipiélago, al ser quien inició su incorporación a la Corona de Castilla durante el reinado de Enrique III. Este noble, en calidad de señor feudal de las Islas Canarias, también ostentó diversos títulos que reflejan la riqueza y amplitud de su linaje: Señor de Sigy, de Grainville la Teinturière, de Saint Sère, de Lincourt, de Riville, del Grand Quesnay y de Huqueleu, además de la Baronía de Saint Martin le Gaillard. Sin embargo, Juan de Bethencourt falleció sin descendencia directa, dejando que la rama normanda de su linaje fuera continuada por su hermano Renaud y, posteriormente, por un primo también llamado Renaud de Bethencourt.

A pesar de ello, el apellido Bethencourt perduró en Canarias y Madeira gracias a Maciot de Bethencourt, señor de la isla de Lanzarote y pariente cercano del conquistador. Maciot fue clave en la perpetuación de este apellido en el Archipiélago, y la tradición de anteponer el apellido materno contribuyó a que se extendiera tanto en Canarias como en América, particularmente en las regiones de mayor emigración canaria.

Su descendencia directa también desempeñó un papel importante en la historia de Canarias. Maciot II de Bethencourt, vecino de Lanzarote, se trasladó a Gran Canaria en 1478 tras la conquista de la isla. Allí ocupó el cargo de regidor y se estableció en la villa de Gáldar, donde contrajo matrimonio con Doña Luisa Guanarteme, prima segunda de Doña Catalina Guanarteme, heredera del trono de Gáldar. Su hijo, Andrés de Bethencourt, realizó un viaje a Francia en agosto de 1501, donde visitó a su pariente Jean V de Bethencourt en Normandía, obteniendo una certificación que reafirmaba el prestigio de su linaje y sus armas, así como su lema.

El apellido Bethencourt, al igual que muchos otros, fue adaptado al español y dio lugar a múltiples variantes, como Betancor, Betancort, Betancourt, Betencourt, Bethancourt y Bethencort. Aunque prevalece en las islas orientales del Archipiélago, una rama del linaje también se estableció en Tenerife.

Entre los descendientes más destacados de este linaje figura Don Agustín de Bethencourt y Molina, nacido en el Puerto de la Cruz de Tenerife el 1 de febrero de 1748 y bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Don Agustín se distinguió como un brillante ingeniero, estudió artes mecánicas y ciencias físicas y químicas en Madrid y, durante la guerra de la Independencia, se trasladó a Rusia, donde alcanzó el rango de Director General de Ingenieros. Falleció en Moscú el 14 de julio de 1824, dejando un legado perdurable.

Miembros de la familia Bethencourt también ingresaron en prestigiosas órdenes militares. En la Orden de Santiago, destacaron Don Juan de Betancourt y de Mora, de Tenerife, en 1647, y Don Agustín José de Betancourt y Molina, del Puerto de la Cruz, en 1792. Asimismo, en la Orden de Calatrava ingresaron Don Agustín de Bethencourt-Castro y Jacques, Don José de Bethencourt-Castro y Molina, Don Joaquín de Bethencourt y Domínguez, su hermano Juan y Don Marcos de Bethencourt y Molina. Por su parte, en la Orden de Alcántara, también se registró a Don Marcos de Bethencourt y Castro como miembro.


Escudo de armas


De plata, un león rampante de sable, lampasado, armado y vilenado de gules. 

Timbre: Casco de caballero.

Desde 1501, los Bethencourt de Canarias han adoptado dichas armas, cuya cimera incluye un león saliente de sable, acompañado de dos canarios como tenantes. Su lema, que ha perdurado a lo largo de los siglos, es: “Ensalza siempre la vida, la honra si no se olvida”.

Basándome en esta descripción del blasón de los Bethencourt, he realizado el siguiente diseño heráldico.








sábado, 15 de marzo de 2025

ESCUDO DE LA ANTIGUA ANTEIGLESIA DE BEGOÑA

 Escudo de la antigua Anteiglesia de Begoña


Basílica de Nuestra Señora de Begoña. Bilbao Visita Virtual.


La Basílica de Nuestra Señora de Begoña es uno de los principales símbolos de Bilbao y Bizkaia. Este emblemático lugar, dedicado a la patrona de Bizkaia, también da origen al nombre propio femenino "Begoña". La historia de la Basílica está profundamente entrelazada con la fundación de Bilbao y los acontecimientos históricos que marcaron la región.

En la carta-puebla de fundación de Bilbao, expedida el 15 de junio de 1300 por D. Diego López de Haro, Señor de Bizkaia, se menciona por primera vez el monasterio de Santa María de Begoña. En aquel momento, ya existían tres anteiglesias anexas a la villa: San Pedro de Deusto, San Miguel Mártir de Abando y Begoña. Sin embargo, Begoña no se incorporaría a Bilbao hasta el año 1925.

El origen de la actual Basílica se remonta a una primitiva ermita. En 1382, el rey de Castilla y Señor de Bizkaia, D. Juan I, otorgó el patronazgo de esta ermita al Conde de Mayorga. Posteriormente, el Conde cedió este patronazgo a sus parientes de la familia Leguizamón, quienes recibieron la confirmación del rey Juan II en 1453. En 1519, sobre las bases de esta ermita gótica, se construyó la primera iglesia, que fue ampliada en 1588.

En 1590, la Anteiglesia de Begoña promulgó unas ordenanzas de 28 capítulos que regulaban su régimen de gobierno, basado en un Concejo abierto con fieles, y establecían un estricto control económico de la vida local. Estas normas reflejan la organización y autonomía que caracterizaban a las comunidades de la época.

La Basílica de Begoña ha sido un importante centro de devoción para los bilbaínos y vizcaínos. Además, desempeñó un papel estratégico en las guerras carlistas, actuando como un puesto avanzado de observación y baluarte de resistencia. Durante la primera y tercera guerras carlistas, la Basílica sufrió numerosos bombardeos que dañaron su torre y tejados, pero su sólida construcción de piedra impidió que fuera tomada por las tropas sitiadoras.

La festividad de la Virgen de Begoña se celebra los días 15 de agosto, en honor a Nuestra Señora, y principalmente el 11 de octubre, fecha en la que el papa Pío X declaró canónicamente a la Virgen de Begoña como patrona de Bizkaia en 1903. El escudo de la antigua anteiglesia refleja su esencia mariana mediante la representación de azucenas, que simbolizan las virtudes de la Virgen María. Dependiendo de la época, los escudos muestran entre tres, cuatro y cinco azucenas. En este caso, son cinco, basado en un grabado del año 1639, primer blasón de la Anteiglesia de Begoña del que se tiene constancia. 


Escudo de la Anteiglesia de Begoña


La versión que he diseñado y dibujado es la siguiente: De azur, un jarrón de plata, con cinco azucenas de lo mismo.