Capitán Alatriste
En esta entrada, dedicada a la fascinante heráldica ficticia o imaginaria, exploraremos al icónico personaje de Diego Alatriste y Tenorio, conocido popularmente como «Capitán Alatriste». Este célebre espadachín es una creación literaria del renombrado novelista y exreportero español Arturo Pérez-Reverte, quien lo convirtió en el protagonista de su aclamada serie de novelas Las aventuras del capitán Alatriste. Estas obras están supuestamente basadas en las memorias de otro personaje ficticio, Íñigo Balboa, narrador de los eventos y pupilo del capitán.
Las novelas de Pérez-Reverte han trascendido el papel para llegar a la gran pantalla y la televisión, con adaptaciones memorables. En la película estrenada en 2006, Viggo Mortensen encarnó con maestría al Capitán Alatriste. Asimismo, la historia fue adaptada a la televisión en una serie protagonizada por Aitor Luna, quienes ofrecieron nuevas interpretaciones del personaje y de las historias en torno a su figura.
De acuerdo con los datos ficticios presentados en las memorias, Diego Alatriste y Tenorio habría nacido en la actual provincia de León en 1582, y encontró su destino final en la histórica batalla de Rocroi el 16 de mayo de 1643. Su vida estuvo marcada por su participación como soldado de los Tercios Viejos, su habilidad como espadachín a sueldo y su papel como mentor de Íñigo Balboa.
Desde muy joven, Alatriste mostró valentía y decisión. A la edad de 13 años, mintió sobre su edad para alistarse como paje-tambor en el Tercio Viejo de Cartagena, embarcándose rumbo a Flandes. Allí conoció a figuras clave, como el futuro capitán Alonso de Contreras, y participó en importantes enfrentamientos, como el asalto a Calais en 1596. Su valor en combate le permitió destacarse rápidamente, convirtiéndose en soldado antes de cumplir los quince años. A partir de entonces, su vida estuvo marcada por batallas, duelos, desafíos y motines, enfrentándose a la dureza de las guerras en Flandes y Francia.
En 1618, Diego Alatriste volvió a alistarse en el ejército bajo las órdenes de Spínola, quien reclutaba tropas para el Tercio Viejo de Cartagena. Su valía le permitió ser recomendado para obtener el rango de sargento. Sin embargo, durante esta campaña, su amigo Lope Balboa murió en combate. Antes de fallecer, Balboa le confió a Alatriste la crianza de su hijo Íñigo, marcando así un vínculo inquebrantable entre ambos.
Tras años de servicio, en 1623 Alatriste fue licenciado del ejército. Aunque se le concedió un beneficio anual de cuatro escudos, nunca llegó a recibirlo. Regresó a España y se estableció en Madrid de forma definitiva, donde recibió a Íñigo Balboa como paje y comenzó una nueva etapa de intrigas y desafíos. Uno de los encargos más oscuros de esta época lo unió al sicario siciliano Gualterio Malatesta en una misión para asesinar a dos viajeros extranjeros. Sin imaginar que las víctimas eran el príncipe de Gales, futuro Carlos I de Inglaterra, y el duque de Buckingham, George Villiers, ambos aceptaron la misión propuesta por fray Emilio Bocanegra y Luis de Alquézar. Sin embargo, en el último momento, Alatriste decidió evitar el asesinato, generando la enemistad de Malatesta, Alquézar y Bocanegra, quienes se convirtieron en sus rivales más peligrosos.
Este conflicto también influyó en la vida amorosa de Íñigo Balboa, ya que Bocanegra era tío de Angélica, la joven noble de la que Íñigo estaba profundamente enamorado. En un intento desesperado por huir juntos a Nápoles, Angélica cambió de opinión y rechazó la propuesta, pues ofreció a Íñigo un puesto de alférez en la guardia real, que este también declinó, demostrando lealtad a sus ideales.
La trayectoria de Diego Alatriste es tanto un homenaje a los soldados de los Tercios como un reflejo de los valores del Siglo de Oro español: el honor, la lealtad y el desdén por la vida tranquila. A través de su figura, Arturo Pérez-Reverte no solo crea una ficción histórica apasionante, sino que también da vida a un personaje que captura la esencia de una época tumultuosa y fascinante.
Escudo de armas
Siguiendo la línea de la heráldica ficticia, he diseñado un escudo de armas para el Capitán Alatriste. En este se incluyen dos espadas de cazoleta, evocando el arma característica que pudo haber utilizado, y cuatro bezantes que simbolizan los escudos de monedas que, según su historia, nunca llegó a recibir.
Su descripción seria de la siguiente manera:
De gules, dos espadas bajas puestas en aspa de oro, acompañadas de cuatro bezantes de plata, uno en cada hueco.